Las pegatinas eggshell están fabricadas en un material ultrafino y quebradizo que se rompe en pequeños fragmentos al intentar despegarlo. Por eso son tan valoradas tanto en arte urbano como en aplicaciones de seguridad o etiquetado inviolable: una vez pegadas, no se pueden quitar sin dejar rastro.
Tienen un acabado blanco mate, imprimible a todo color, con gran definición y contraste. Adhieren sobre múltiples superficies lisas o rugosas: metal, madera, hormigón, señales, cristales, plástico… Su resistencia las hace ideales para exteriores, ya que soportan agua, calor y abrasión sin deteriorarse.
Perfectas para pegatinas artísticas, firmas callejeras, ediciones limitadas o marcaje de objetos que no deben ser manipulados. Una vez aplicadas, su efecto “cáscara de huevo” garantiza que el diseño permanezca… o se fragmente si alguien lo intenta despegar.
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